Semiconductores y conductores
Porque dejamos de pedir coches y queríamos la play station.
Mucho se está hablando de los semiconductores estos días. Todo ello porque no se venden coches. La producción está paralizada como consecuencia de la ausencia de estos pequeños “bichitos” denominados chips, que se encargan de conducir la electricidad gracias a sus propiedades químicas.
La gran demanda habida de este tipo de componentes para la electrónica durante la pandemia, consecuencia de la necesidad de dispositivos de conectividad durante el más estricto confinamiento, unido a la notable caída de la producción de vehículos para la movilidad privada, ha hecho que la industria del automóvil eche en falta un elemento clave para la puesta en el mercado de los vehículos, una vez que la crisis sanitaria y económica empieza a, tener visos de solucionarse con las vacunas en el primer caso, recuperarse en el segundo con el aumento de la movilidad.
No esperéis en este blog una explicación y comentario sobre lo que esta crisis de los semiconductores puede provocar y empieza a impactar en concesionarios de automóviles, en fabricantes con el impacto en ciudades como Vigo (Peugeot Citroen – Stellantis -) o Martorell (Seat) y sectores conectados a la automoción. Ni lo que puede suponer este momento para constatar la concentración de poder en determinados procesos productivos, similar a ciertas materias primas.
Os adjunto un link donde os podréis descargar un interesantísimo artículo: https://www.amd.com/es/technologies/introduction-to-semiconductors
Pero repito, en este blog buscaremos la habitual reflexión que tanto me ayuda en mi faceta de prevención y seguridad vial.
El conductor, el semiconductor y la tecnología “smart” (inteligente)
Y hablo de conductores contraponiendo a los semiconductores por lo que contiene la siguiente reflexión. Un sistema de ayuda al conductor (los ADAS) cuenta con buena parte de tecnología, necesitando de estos semiconductores de la misma forma que elementos tan básicos como el arranque, señalización, iluminación y opciones de confortabilidad del vehículo.
Para crecer en niveles de seguridad, toda la mejora en electrónica y tecnología parece poca, sobre todo cuando se ponen los máximos esfuerzos económicos en conseguir que la ciudad, la carretera y el vehículo impidan el accidente. Es lo que conocemos con el término “smart”: el teléfono, la carretera, ciudad, vehículo…inteligentes, pero no parece que queramos afrontar el debate del “smart driver”; preferimos que el coche autónomo venga a solucionar el gran trauma que el factor humano en la conducción genera.
Tecnología para el semiconductor, concienciación para el conductor
La reflexión es la siguiente: esta crisis de los semiconductores genera un impacto tal en los modelos de negocio que nada tiene que ver con la menor visibilidad con que cuenta en nuestra sociedad el siniestro vial. Hablo de presupuestos estratosféricos asociados a proyectos internacionales que buscan una oportunidad tan legítima como es el afrontar firmemente la cultura preventiva dentro de la sociedad.
Son muchas las organizaciones que pueden concienciar, formar y habilitar a los conductores. No estaría de más que las administraciones públicas y las organizaciones empresariales que empiezan a cumplir sus objetivos de desarrollo sostenible no olviden al conductor. No dejar de la mano de los semiconductores, que llegan al apoyo de la disrupción tecnológica, al modo en que la llegada del 5G se vende como la panacea, mientras que contamos con un parque automovilístico cada vez más viejo y unos meses de mayo y junio de 2021 con peores datos de fallecimientos que en 2019.
Todos esperan el cero accidentes, cero congestión, cero emisiones, cero “analogía” (esto de mi propia cosecha), pero que poco contamos y confiamos en los conductores, los que no conducen la electricidad, pero de momento conducen los vehículos.
Puede ser que formar y concienciar a un conductor y a un usuario en el ámbito del tráfico de vehículos no esté inmerso en modelos de negocio tan jugosos desde el prisma económico. Que poco se van a llevar de los Next Generation (los fondos europeos).