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Semana Europea de la Movilidad

 

Estamos en plena campaña, en concreto la Semana Europea de la Movilidad, que abarca del 16 al 22 de septiembre. El Ministerio para la transición Ecológica y el Reto Demográfico se encarga de coordinar a nivel nacional esta iniciativa europea que nació en el año 1999.

El tema elegido este año son las emisiones, en concreto suena el literal: “por una movilidad sin emisiones”.

Poca difusión está teniendo la propuesta, entre otras razones porque la #COVID19 se lleva todos los titulares y foco mediático. Estamos ante una crisis económica y sanitaria sin precedentes, y la vuelta al cole de estos primeros días de septiembre y las consecuencias de una “nueva normalidad” veraniega forzada en el interés de la economía, centran el esfuerzo de los administradores públicos.

Pero de viajes os quiero contar, de movilidad en definitiva. Solemos apellidar la movilidad con múltiples adjetivos: movilidad eficiente, movilidad urbana, movilidad segura, movilidad sostenible. Llegará un momento en el que añadiremos el 4.0 o el típico exprés, ultra o plus que tanta fama a dio a los detergentes.

Movilidad sin emisiones

Una movilidad sin emisiones centra la campaña de este año. Va dirigida fundamentalmente contra el vehículo a motor, el coche en particular y su actual reparto en modelos de combustión: 63% diesel y 36% gasolina. Poco abarca por el momento el vehículo eléctrico.

No es la primera vez que apuesto por contar con menos vehículos en nuestras ciudades, para que se comparta más el uso de una máquina que tenemos parada la mayor parte del tiempo. Posiblemente necesitemos menos coches aunque con un uso más intensivo, racional y con una renovación más pronta. Llevamos años de Plan Renove y no se consigue rejuvenecer el parque de vehículos que cada año se hace más viejo.

Y si queremos menos emisiones, pretendemos menos coches y una circulación más fluida, o ambas circunstancias por separado y a distinta perspectiva. También con velocidades más adecuadas a la seguridad y un parque de vehículos más nuevo.

Porque si el foco está en seguir teniendo el mismo volumen de vehículos pero con menos emisiones, tardaremos mucho más en alcanzar los objetivos. Dado que la sostenibilidad no sólo tiene que ver con las menores emisiones, sino con crear un entorno limpio y otros muchos más, también incluidos en la agenda de desarrollo sostenible, por ejemplo, ciudades seguras y sostenibles (objetivo número 11 de dicha agenda).

Crono-urbanismo: de la movilidad sufrida a la movilidad elegida.

Las ciudades se tienen que preparar. La pandemia nos ha puesto en nuestro sitio, como se dice llanamente. Queremos ir en bici y el entorno urbano no está preparado, los peatones están sufriendo más atropellos mortales que años anteriores y el transporte público no es capaz de absorber la demanda ciudadana en términos de calidad, comodidad y tampoco en términos de seguridad.

Y si las ciudades se tienen que preparar, los administradores públicos me temo tienen un amplio trabajo por hacer, entretanto los políticos se centran en debates que aportan poco. Habrá que dejar trabajar a los técnicos y aprovechar todo lo que la tecnología nos aporta en analítica de datos (el big data y lo que la digitalización aporta de bondad).

Conceptos con la ciudad del cuarto de hora, donde nos encontraremos las seis demandas principales de la ciudadanía, son una buena iniciativa. Ocio, Cultura y Educación, Salud, Compras, Trabajo y el lugar donde vivimos se pueden concentrar a quince minutos a pie, en bici o con los actuales vehículos de movilidad personal (VMP), los patinetes.

Pero tenemos que tener amplitud de miras y saber que estos ideales no se pueden llevar a la realidad tal como quedan definidos teóricamente, en todas las ciudades ni para todas las personas. Un ejemplo, si tu empresa está en el Alcobendas o El Prat y vives en Atocha o Sants, parece un imposible. Pero llega el teletrabajo y nos dice que para muchas profesiones sí es posible, y no porque se trabaje desde el domicilio, que el tiempo demostrará que tiene daños colaterales, sino porque pueden existir centros y espacios donde poder realizar las tareas que se hacen en la oficina de una forma mejor. Y esos centros sí pueden estar muy cerca de donde se vive; por lo tanto se pueden crea nuevos modelos de negocio o potenciar algunos ya existentes.

No obstante, este ideal patrocinado por el urbanista Carlos Moreno y materializado en el denominado crono-urbanismo, es algo a tratar en el debate político y programas electorales de todas las ciudades que pretendan una mayor calidad de vida para sus vecinos. Y muy importante, atender a la movilidad deseada por estos.

Algo que ayudaría a unas menores emisiones urbanas, pero por un enfoque diferente al que los vehículos cuenten con mejores sistemas de combustión o energías limpias. Teniendo menos coches habrá menos emisiones, al menos en las ciudades.

No olvidemos que este tipo de regulaciones e iniciativas tienen el limite en la libertad de movimientos y opciones de movilidad de cada cual. El debate es y será filosófico-jurídico.

Menos emisiones, menos siniestralidad. Un día sin coches.

Menos emisiones del vehículo va a significar menos letalidad en el manejo del mismo. En el doble sentido que comentábamos arriba, bien porque haya menos potencial de riesgo si hay menos vehículos, bien porque habiendo menos velocidades se generen menos emisiones.

El vehículo nuevo, con mejor tecnología y sistemas de propulsión más limpios, no garantizan menores velocidades ni menores asunciones de riesgo por parte de los conductores, aunque sí mejores sistemas de seguridad activa y pasiva, y posiblemente a futuro, sistemas con niveles de autonomía que permitan la interactuación con la Smart City, concepto que aun tenemos muy lejos, aunque sí figura en los planes e iniciativas de inversores y modelos de negocio emergentes. Avanzaremos sobre ello en próximas entradas al blog.

En mi opinión, creo que deberíamos ir paso a paso y avanzar con prioridades más inmediatas como la seguridad vial, la sostenibilidad y mejora de nuestro entorno. Aunque puedan viajar en paralelo.

Y a todo esto el próximo martes 22 de septiembre es el día mundial sin coches, semana en la que en muchas grandes ciudades españolas se pretende regresar a la actividad más habitual, por no seguir desgastando la palabra normalidad; si la pandemia nos deja.

Feliz domingo.

 

 

 

 

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