Hacia la movilidad segura pasando por el bienestar laboral.
Comienzo el post con este comentario que leí a @martaromo sobre el talento que se convierte en sabiduría, al poner en boca de Albert Einstein la sentencia: “No tengo talentos especiales. Solo soy apasionadamente curioso”.
Veréis lo relacionado que está con el último párrafo del post.
Este blog pretende ser un espacio de reflexión y me suelo inspirar en el día a día. Manuel Palencia Alejandro (LinkedIn), primo mío y una inspiración en salud y bienestar laboral, ha sido entrevistado por @BusUp_es y de los cuarenta minutos de entrevista he querido relacionar lo siguiente con la prevención de riesgos viales.
El “más allá” del entorno laboral
Las organizaciones y la industria, en especial la ley de prevención de riesgos laborales, pone mucho foco en la actividad en el centro de trabajo pero olvidamos lo que puede influir todo aquello que hagamos más allá de nuestra labor profesional. Un ejemplo es el descanso.
El accidente de trabajo in itinere, aunque considerado accidente de trabajo, no suele ser tratado como un aspecto a trabajar por las organizaciones. La reciente ISO 39002 (desplazamientos al trabajo) ha supuesto un giro en este sentido y se considera un ámbito más de aportación por la organización para sus trabajadores (también para los centros de formación respecto de sus estudiantes).
Considero que un trabajador saludable, aquel que se implica con su salud y bienestar en el ámbito profesional y también en el privado, es mucho más seguro conduciendo y más productivo en su profesión.
La importancia de los datos
En siniestralidad vial contamos con muchos indicadores, pero la percepción que reflejo anteriormente no está basada en cifras. Suelo decir a mi equipo que toda percepción que tenemos al ejecutar las tareas del día a día se suele ver corroborada en datos; si el dato es contrario a la percepción, revisa la extracción del dato, pero si finalmente las fuentes de información son correctas, hay que quedarse con el indicador. Nuestra percepción a veces falla.
Manuel habla en su entrevista de la importancia de los indicadores. Toda acción tiene que ser medida y trazada para ver su resultado, no solamente en cuanto al retorno de la inversión, muchas veces para constatar la aceptación de los empleados de ciertas medidas y su éxito en materia de participación en las propuestas (ejemplo, lectura de píldoras de comunicación en salud o asistencia a talleres de bienestar).
En seguridad vial para las organizaciones suelo decir que el business case no siempre sale. Si llevamos la acción al retorno económico puro podemos no tener éxito a corto plazo. Me explico: la clave está en reducir la frecuencia y la severidad de los siniestros, pero el coste económico de los mismos (lo que las aseguradoras trasladan en primas) no siempre está alineado. En un accidente sin responsabilidad del conductor se pueden generar indemnizaciones y costes muy elevados. Lo importante repito es que los hábitos de los conductores mejoren en frecuencia, culpabilidad y severidad, directamente relacionada esta última con los accidentes con personas lesionadas.
Del cumplimiento legal al compromiso
Muy importante la reseña de Manuel y su experiencia en Mahou San Miguel en relación con los cumplimientos de las obligaciones legales en materia de prevención y el compromiso añadido de la organización en la materia.
Hay una parte “cosmética” que tiene que ver con lo mínimo que hay que hacer para cumplir con la ley de prevención de riesgos laborales. Por otro lado hay un compromiso real que va mucho más lejos. La certificación ISO 39001 en las empresas en un ejemplo, pero también toda la parte relativa a formación y concienciación en seguridad vial, así como la propuesta de hábitos saludables y facilitación en el centro de trabajo, o fuera de él (recursos).
Si queremos trabajadores implicados con su bienestar y salud, y el de los demás (el riesgo vial afecta en buena medida a terceros ajenos a la organización), necesitan un soporte de su empresa que obtendrá retornos muy positivos aunque difíciles de visibilizar a la cuenta de resultados. No obstante, el coste del seguro siempre será más caro si no invertimos en prevención.
Se dice mucho aquello que la persona es el centro de la organización. El concepto de empresa responsable tiene mucho que ver con ello nos dice Manuel. En seguridad vial (laboral o no) la persona toma un sentido mucho más amplio en la organización: son trabajadores, proveedores y clientes.
La tarea de campo y la comunicación
Se pretende dar un mensaje que genere la implicación del empleado. No se busca un eslogan o un determinado formato de comunicación que persiga sólo la primera de estas dos finalidades:
- Atraer a los receptores del mensaje
- Conseguir su alineamiento con la proposición
Si nos quedamos sólo con lo primero podremos haber realizado un comunicado que llame mucho la atención, que consiga muchas entradas, pero que no consiga los resultados en prevención que esperamos. Por eso Manuel recalca que el especialista debe estar muy implicado en esta tarea de comunicación.
La curiosidad y el autocuidado
Concluyo el post con la reseña de Marta Romo sobre la curiosidad. Cerró Manuel la entrevista indicando que “la curiosidad nos lleva a un futuro mejor”. Nos propone que nos tomemos tiempo para pensar sobre nuestra salud y el bienestar (el autocuidado). Quizá en tiempos de Albert Einstein había más tiempo para pensar… me vuelve a valer el mensaje de Salvador, 9 años, en su dibujo de seguridad vial de un post anterior: Para, Piensa y Actúa, que me inspiró en el #semáforoRvS.
En seguridad vial es importante pensar también en el bienestar de terceros, aquellos que nos acompañan en nuestros desplazamientos rodados o que comparten las vías en diferentes tipos de vehículos, la vulnerabilidad de motos, bicis y otros vehículos de movilidad personal (VMP). Y por supuesto, los peatones.
Fernando Cisneros Alejandro
