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El miedo a conducir. ¿Amaxo qué?

El pasado mes de abril la Fundación CEA impartió una webinar sobre la amaxofobia y tuve la oportunidad de visualizarla esta pasada semana. Muy recomendable, podéis verla en https://www.fundacioncea.es/amaxofobia-miedo-a-conducir

La palabra no es nueva, incluso ha salido en Pasa Palabra, pero es de muy reciente publicidad, si atendemos a la larga historia en la conducción de vehículos a motor.

Ya sabéis que el blog es un espacio de reflexión. Y la apenas una hora de información sobre el miedo a la conducción me hizo reflexionar. Os cuento, y así me conocéis un poco más.

 

Un conductor nobel y miedoso

Allá por 1989 obtuve el permiso de conducción, una mañana en la que por la tarde me incorporaba al servicio militar. No soy tan mayor, pero los cincuenta ya he cumplido; por si echáis cuentas.

En mi primer día de conducción recuerdo haber ido con mi hermano, mayor que yo y conductor, a por el combustible que necesitábamos para el negocio familiar, cafetería-churrería. No me fue muy mal, pero la tensión de mi hermano durante los trayectos de ida y vuelta era evidente. No me apasionó la conducción, pero era una época donde te sacabas el carnet, hacías la mili y a volar…había que buscarse salidas profesionales, si podías, compaginando con estudios.

Entre el poco interés por conducir y el tiempo que pasaba en el cuartel, no queriendo ser conductor (destino típico en la mili), poca práctica tuve durante mi “L”, recordar, de learning.

Fue en un episodio de apenas veinte minutos, mi segunda salida con el coche, para recorrer no más de dos kilómetros en una tarde tranquila de sábado, sin tráfico, cuando tome la decisión de dejar de conducir. Fui consciente no solo que no me gustaba conducir, sino que me bloqueaba cuando estaba con el coche. Y me sentía incapaz. Se me calaba, me temblaba la pierna, estaba en constante tensión, angustiado… Decidí no volver a coger el vehículo. Mi hermana bajó, aparcó el coche y hasta dieciséis años después.

No era capaz de entender el motivo cuando había superado las pruebas del carnet sin problema.

 

El momento de la verdad: LeasePlan, Daniel y Mari Carmen.

“Fernando, te corresponde coche de empresa. De momento no lo necesito, gracias”. Una presión social hacía que mi respuesta fuera inaudita. “Pero si tienes carnet, ¿verdad?. Sí, pero no me gusta conducir”.

 Prefería un trayecto en transporte público de más de una hora a los veinte minutos de viaje en coche. Y tan feliz.

 A LeasePlan no solo debo agradecer los tantos años de aguantarme (a sus personas, fundamentalmente), formarme y darme la oportunidad de crecimiento profesional, también supuso un aliciente para volver a conducir.

Mi mente barruntaba que tenía que hacer algo. No conocía ni sabía de la amaxofobia, posiblemente apenas había información allá por el 2005. De hecho, Ignacio Calvo, psicólogo especializado facilitador del contenido terapéutico de CEA, realizó un estudio de investigación durante los años 2005-2012.

 En mi caso, la espera de mi primer hijo resulto un espaldarazo más. Pero solo no lo podía hacer; solución: la autoescuela. Tres clases de recuerdo y el profesor me dijo: “no te gastes más dinero, confía en ti, sabes conducir”. Me fui andando a casa con una presión enorme. No solía decir que me daba miedo conducir, simplemente que no tenía práctica.

Fue mi mujer la que tuvo que bregar y dar un último impulso. Y la presión socio-laboral. Pedí el coche de empresa y mi jefe me dio varios consejos antes de sacarlo del garaje. Un semblante muy parecido al de mi hermano en mi primer día.

 

El problema está ahí

Tiré para casa con el radiante coche de empresa; poco tráfico, trayecto reconocible, coche agradecido y poco a poco fui ganando confianza, aunque me costaba… no me gustaba conducir y me sigue sin gustar. El bloqueo al menos desapareció.

 Ni me planteé que tenía un problema que ahora se diagnostica, aunque posiblemente no fuera amaxofobia como tal, más bien inseguridad, falta de confianza…

Si hubiera estado en 2015, hubiera consultado internet y habría aparecido información y soluciones de terapia como la que recomiendo de CEA. En aquel momento, el profesor de autoescuela era el principal recurso.

 Sigue sin apasionarme la conducción, no me atraen los coches, prefiero ir de copiloto. He superado los años donde prefería ir dormido porque despierto estaba incómodo, inseguro, temeroso. Los años en que no podía conducir. Hoy en día tengo mucho respeto a la carretera convencional, no creo que sea miedo… El adelantamiento, supongo que como a muchos, me genera gran tensión y palpitaciones. Soy consciente de ello.

Un prisma distinto

Aunque me he dedicado profesionalmente al mundo de los accidentes de tráfico, desde las tareas del seguro de automóviles casi en su totalidad, fue en el momento en el que empiezo a conducir cuando cambio mi prisma sobre los accidentes de tráfico, empatizando mucho más con el conductor, visualizando en las maniobras de los expedientes que caen en mi negociado, situaciones de tráfico a las que diariamente te ves y ves a otros usuarios de la vía.

Una visión desde una cierta inseguridad, de saber que hay mucho riesgo latente si analizas de forma crítica tu comportamiento. Cuando no te sientes el típico conductor, es mi caso, esto es importante: entiendes que puede haber muchos como tú. Somos millones de conductores en España.

Creo que soy cauto pero no muestro nada más allá de mi poco gusto por conducir. No me considero ni buen conductor ni habilidoso…simplemente normal. Me estresa la “violencia vial”: el acoso, las conductas agresivas y la poca empatía.

Recomiendo a mis clientes y amigos acudir a especialistas para la formación y la ayuda que permita una conducción segura, tanto en el ámbito profesional como en el privado.

Creo que el vehículo autónomo, aunque es un alivio para mí, será también una solución a la imposibilidad de conseguir que el factor humano revierta lo que durante muchos años no conseguimos mejorar. Como decía Hobbes, el hombre es un lobo para el hombre, y los conductores (y otros usuarios de la vía) no lo son menos.

Creo incluso tener cierto alivio por contar esto en el blog. Muchos de los que me conocen puede que sepan que no me gusta el coche, pero lo del miedo a conducir…

 

Feliz domingo y feliz semana.

Fernando Cisneros Alejandro

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