Siniestralidad Vial 2020. Muchas luces y una sombra.
El pasado 19 de agosto la @DGTes publicó el #BalanceSeguridadVial2020
El balance es una actividad recurrente la de la Dirección General de Tráfico. Diariamente reporta los fallecimientos en accidentes de tráfico en vías interurbanas. Se trata del primer indicador de referencia, lo más adelantado que disponemos sobre la marcha de la #Siniestralidad.
A todos os sonarán los balances de fin de semana que generalmente salen en los medios (prensa, televisión, radio, también redes sociales e internet), donde se facilitan los fallecidos de viernes a domingo.
A este recuento de datos diarios en carreteras se suma, una vez pasado el primer semestre del año, generalmente en agosto, la contabilización de los accidentes de tráfico que generan víctimas y lesionados en los entornos urbanos.
Una lástima que no podamos disponer de este indicador en el entorno urbano tan actualizado, máxime en un periodo fundamental para las ciudades con los nuevos paradigmas de movilidad y las medidas tomadas para el calmado del tráfico; recordemos, los 20, 30 y 50 kms por hora de limitación y su campaña #A30HayMásVida.
Son todos los que están pero no están todos los que son. El dato está compuesto por,
- Accidentes donde al menos ha quedado registrada alguna víctima: fallecido, herido con hospitalización o herido sin hospitalización
- Accidentes que han sido informados por la autoridad en el Registro Nacional de Víctimas de Accidentes de Tráfico (regulado en la Orden INT/2223/2014, de 27 de octubre)
Es decir, faltarían todos los lesionados que acuden a los centros sanitarios desde el accidente o después del accidente y que no vienen reflejados en atestados e informes de los agentes de autoridad: policía local, guardia civil o cuerpos autonómicos (Mossos y Ertzaintza).
De hecho, si tomamos las cifras que reportan el conjunto de las aseguradoras salen más accidentes de tráfico con lesiones que los que reporta la DGT: 95.932 del balance versus los más de 200.000 que reportan las aseguradoras. La casi total diferencia entre una cifra y otra está conformada por lesiones leves o muy leves que no han requerido de asistencia sanitaria de emergencia, aunque puede que algunas generen complicaciones a las horas o días del accidente.
Las luces
Pero volvamos al balance de 2020. Si atendemos a la nota de prensa y a la frialdad de los números veremos aspectos muy positivos:
- Reducción de la siniestralidad respecto de 2019: un 22% en fallecimientos (1.370 vs 1.755), tanto en vías interurbanas, un 21% (975 vs 1.236) como en vías urbanas, un 24% (395 vs 519). Sin duda el descenso de la movilidad (25% en menos desplazamientos) justifica al diferencia. De ahí que vengamos alertando que la mejora es sólo estética, no lo es tal si relativizáramos las cifras.
- Mejor indicador de fallecidos por millón de habitantes: 29. Nos situamos en el mejor dato histórico a nivel europeo, sólo por detrás de Suecia, Malta y Dinamarca.
- También se produce un descenso en los fallecimientos de #vulnerables (peatones, ciclistas, motoristas…), si bien conforman un 50% del total de fallecidos: el 38% en vías interurbanas y el 80% en vías urbanas. Motoristas en carretera y ciudad y peatones en el entorno urbano se llevan la peor parte. De los peatones en ciudad, el 65% son mayores de 65 años. Y este 2020 ya tienen cabida los usuarios de vehículos de movilidad personal (VMP: los patinetes).
La casuística
Nada ha cambiado. Las distracciones son el principal motivo de accidente, que en vías interurbanas generan salidas de vía o colisiones frontales. Este es uno de los aspectos más complejos de medir y analizar, pues aunque los atestados reflejan una causa directa y eficiente en el siniestro, no siempre es fiel reflejo de la realidad; por ejemplo, puedo ir distraído pero también con un exceso de velocidad.
Las aseguradoras tendrían mucho que decir en este punto pues son las verdaderas conocedoras de los factores de riesgo, que incluso utilizan al tarificar los seguros, en base a la gran información que generan los más de dos millones de accidentes de tráfico anuales, tanto lesiones como daños materiales.
Esperemos que en algún momento la patronal de seguros (UNESPA) y la DGT puedan trabajar de forma más alineada en pro de la #MovilidadSegura.
La carretera convencional representa 2 de cada 10 fallecimientos en vías interurbanas. Las vías de alta capacidad además reducen siniestralidad un 35% respecto 2019, mucho más que el 16% de reducción de las vías convencionales.
Se sigue incrementando el factor alcohol, que está presente en un 27% de los casos en 2020, respecto del 25% de 2019 y el 21% del 2018.
El balance nos muestra un claro perfil de riesgo: conductor de automóvil y motocicleta en carretera convencional y peatones mayores de 65 años y motoristas en ciudad.
Distracciones y alcohol las circunstancias de mayor impacto en fallecimientos.
Fallecidos, heridos y accidentes
Otro dato interesante es la proporción de fallecidos y heridos respecto épocas anteriores. Si en los años 90 teníamos un 5% de accidentes con fallecidos y un 30% de siniestros con heridos hospitalizados, en estos últimos años la cifras se sitúan en un 1,5% y 6,5% respectivamente.
Funcionamiento de los protocolos de emergencia y asistencia sanitaria y medidas de seguridad pasiva en vehículos y carreteras hacen que las consecuencias de los accidentes sean menos graves.
Notar que si los fallecidos se han reducido de 6.378 en 1993 a 1.775 en 2019, los accidentes han aumentado, de 125.571 a 141.113, un 13%. De los apenas 18 millones de vehículos que circulaban en 1993, en 2020 contábamos cerca de 35 millones. Prácticamente el doble.
Mayor parque de vehículos debería significar alta movilidad y más riesgo, pero los sistemas de seguridad y la mejora en las infraestructuras permiten esta mejora, además de ciertos hábitos en los conductores (concienciación) y medidas de fiscalización (ejemplo, la ley por puntos que han dado mucho rédito en pasadas décadas).
España es el país europeo con mayor número de kilómetros de autopistas y autovías. En 1993 contábamos con 7.404 kilómetros de vías de alta capacidad y en 2018 17.228. Ya apuntaba en el apartado casuística las bondades de las vías de alta capacidad en siniestralidad. Esto puede ayudar a interpretar nuestro tercer lugar en el ranking europeo.
La sombra: 2021
El problema de generar estos balances con tanto decalaje de tiempo es que el mensaje puede ser contradictorio con la realidad. ¿Se han reducido los siniestros?: sí, y mucho, pero por la pandemia, no más.
2021 está mostrando cifras muy preocupantes. El periodo marzo-julio ha generado más fallecidos en vías interurbanas que el mismo periodo de 2019. Agosto cerraría con 93 fallecidos según la previsión al pasado lunes 23, cuando en 2029 tuvimos 98 víctimas mortales. Cifras muy similares; la leve mejoría responde más a una evolución de dientes de sierra por la volatilidad de los datos que a otro factor.
Conclusión
Queda todo por hacer en relación a este último año y medio. Veníamos recuperándonos tras seis años de estabilidad y empeoramiento de las cifras entre 2013 y 2018.
2021 va a cerrar con indicadores similares a 2019, o peores. Siento no ser positivo como aparentemente apunta ser el balance de 2020, solo en apariencia.
#Seguros, #Renting, especialistas en #FormaciónVial, auxilio en carretera, plataformas de comunicación y todas aquellas organizaciones ocupadas en la seguridad vial como fundaciones u otros formatos organizativos, se deben alinear con la #Estrategia2030 y ser liderados por la administración pública (DGT). Hay que implicar a todo el entramado empresarial y modelos de negocio que podrán aportar su grano de arena con la sostenibilidad, fomentada y comprometida a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El #RiesgoVial está implicado directamente en los objetivos 3 y el 11 de los 17 existentes. ¡A por ello! La seguridad vial también es sotenibiliad.
El resto, muy importante y mayoritario, nos toca a la ciudadanía, que somos mayoría: los conductores y usuarios de las vías. El factor humano sigue siendo el determinante.
Fernando Cisneros Alejandro