Distinciones: Responsabilidad Civil, irresponsabilidad vial (23/06/23)
El pasado lunes, en el programa de ratio El Quitamiedos (Radio Libertad 107.0 FM) liderado por Fernando Fanego, comentaba, a propósito del seguro obligatorio de vehículos a motor, y en el ánimo de dar que pensar, que no se trata de un seguro de responsabilidad civil, sino de irresponsabilidad vial. ¡Ahí es nada!
Y enlazo con las #distinciones, en esta sección que dedico a mi humilde experiencia de aprendizaje en la Escuela Europea de Coaching (EEC).
En este caso, la distinción no viene de una contraposición de palabras, sino del mismo “marco”, como suele decir Silvia Guarnieri, que damos a la propia palabra o expresión. Me sirvo de,
- Por un lado, Contexto.
- Por otro lado, Visión Compartida.
Visión Compartida
Se puede decir, a propósito de la definición de visión, que es “como un viaje imaginario hacia el futuro deseable para nosotros y para los que nos rodean”. Fijaros que bien encaja con la #visióncero correspondiente a los siniestros viales.
Hay un ejercicio de visión que es intrínseco, desde el yo y hacia adentro. Pero el que me interesa para nuestro fin, que suele ser complementario, es el correspondiente a una visión colectiva. Creo que a todos nos queda claro si pongo el mismo ejemplo que aprendí en la EEC: el caso de Espartaco, gladiador y esclavo romano que, al identificarse como líder de la revuelta ante los vencedores, consigue que su grupo le acompañe con el conocido “todos somos Espartaco”. Un claro ejemplo de visión compartida hacia un objetivo común, con un compromiso más que evidente por parte de los implicados.
En materia de seguridad vial no nos bastan los liderazgos si no consiguen atraer el compromiso colectivo, no valiendo solo con conocer la importancia y gravedad del problema. Es necesario que compartamos el ideario para el camino que tenemos por delante. Y eso no siempre ocurre.
Pongo el ejemplo de las multas: yo lo veo como un indicador de riesgo, otros como un afán recaudatorio de la administración. Y posiblemente la propia administración no se ocupa de demostrar que está más en el primer caso que en el segundo. Vengo demandando más ímpetu respecto de la distancia de seguridad en contraposición con la velocidad, pero en las cifras de sanciones el diferencial es evidente: mayoritarias las segundas, prácticamente inexistentes las primeras.
Eso sí, tener puntos de vista distintos no tendría que limitar, salvo que lo utilicemos como excusa para no comprometernos con el objetivo.
El Contexto
Respecto del contexto, me atrae sobre todo lo relativo a la generación de expectativas. Se prepara un contexto para algo, para una reunión, para una cita…nos aprovechamos del mismo de forma estratégica, para una finalidad.
Pero el contexto también se interpreta. Precisamente por eso se crea, para que el destinatario entienda lo que pretendemos. Pero no siempre es idílica la realidad. Está sujeto a muchas variables: por ejemplo, preparo la entrevista con mi jefe en un día y entorno (muy parecido al contexto) adecuado, pero ese día, momentos previos a la reunión, un cliente manifestó una queja que puede trastocar mi argumentario en la conversación. Hay muchos más factores que pueden influir.
Pero el que me ayuda, y con el que construyo mi argumento de inicio, es el cómo es percibido dicho contexto por el destinatario del mensaje.
¿Por qué digo que el seguro obligatorio de responsabilidad civil es un seguro de irresponsabilidad vial?: porque se ha creado un contexto (en este caso legal) en el que generalmente no pasa nada, bajo la bondad del resarcimiento económico de la víctima (lo cual es prioritario). Por lo tanto, la responsabilidad del conductor decae. Y pongo el ejemplo de los patinetes: dada la problemática actual de la movilidad mediante estos vehículos, no sujetos a la obligatoriedad del seguro, no parece que haya otra solución a la prevención que el seguro. Fijaros que para la bicicleta no se ha planteado, llevando más años conviviendo en la movilidad.
Si no conseguimos evitar y mitigar un problema, lo solucionamos, en este caso, con indemnizaciones, al menos que la víctima sea resarcida con garantías. Obviamente estoy a favor, además me dedico profesionalmente a ello, pero démonos cuenta cómo puede encajar el mensaje en los destinatarios, en este caso los usuarios de los patinetes: la irresponsabilidad vial, puesto que, al fin y al cabo, el seguro me cubrirá todo aquello que sea económico y solo tengo que preocuparme por no cometer un delito. ¿Os parece?
Me dedico desde hace muchos años a todo lo relativo a las indemnizaciones por accidentes de tráfico y sus daños colaterales y creo que, más allá de la subida del seguro, no existe una visibilidad de las consecuencias económicas existentes. Lamentablemente “nos duelen” más que los daños causados a las personas (por eso nos preocupan tanto las multas), por mucha campaña de sensibilización que nos conmueva durante apenas unos minutos. Por lo tanto, este contexto no me ayuda a comprometerme, no hay visión compartida.
Como comentaba en el programa de radio, a veces hay que ser algo rompedor para al menos, plantearse algo diferente y dar que pensar. Y me sirvo del final típico de los posts de Pablo Gutiérrez Merelles (LinkedIn): “al rincón de pensar y avanti 😉”
Buen finde, primero de verano.
